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"GREXIT". UNA POSIBILIDAD REAL PARA EL EUROGRUPO

ALEXIS TSIPRAS DIRIGIÉNDOSE AL PUEBLO GRIEGO
Cada vez queda más claro que la Unión Europea no va más allá de una unión monetaria en la que el sur paga y el norte recauda. Europa está acostumbrada a no respetar los referendums que sus propios socios realizan en sus países, signo inequívoco del carió que le profesan a la democracia. 

Para Angela Merkel, el NO rotundo del pueblo griego a las medidas de austeridad solo ha servido para radicalizar su posición. Ya hablan abiertamente del próximo domingo como fecha límite para la salida del país heleno del Euro. 

HOLLANDE NO SE ENFRENTARA A MERKEL POR LA CUESTIÓN GRIEGA
Como he venido defendiendo desde el principio, no se trata de un problema económico, sino político. Un gobierno de izquierdas que antepone las necesidades sociales a las de las multinacionales y los bancos, no gusta en la Europa del capitalismo salvaje y lo que se busca realmente es, o bien el derrocamiento de SYRIZA  o el llamado GREXIT.

La primera opción parece poco probable, el respaldo que el pueblo griego le ha dado a las políticas de su gobierno es incontestable. Sustituir de nuevo a dedo al presidente del gobierno como se hizo con Samaras supondría poco menos que una revuelta popular que no tardaría en contagiarse en otros países de la zona euro. 

A Merkel le queda la otra opción, la de cerrarse en banda y no aceptar ninguna negociación con Grecia. Asfixiarlos económicamente y regresar a su plan antiguo, es decir, intentar que la opinión pública, al menos en su país, vuelva a ver a los griegos como un pueblo que no está dispuesto a hacer esfuerzo alguno por pagar la deuda y que por tanto, la solidaridad germana no se ve acompañada por el esfuerzo heleno en el cumplimiento de sus obligaciones. 

¿Que ocurrirá si Grecia abandona el euro?
Quien piense que el gobierno griego no contempla desde hace meses esta opción es que no conoce la planificación y el rigor con el que trabajan el equipo de Alexis Tsipras. Todos hemos visto como las relaciones entre Rusia y Grecia se han estrechado enormemente durante los últimos meses e incluso se han firmado  importantes acuerdos comerciales, como el del gaseoducto que permitirá que Grecia puede crear 20.000 puestos de trabajo y que tenga el control del gas de l zona. Pero Grecia necesita liquidez de forma inmediata. Si el BCE deja de inyectar dinero a la banca griega, el gobierno griego se verá obligado a adoptar otras formas de pago distintas al euro para que el corralito no se prolongue.

 El regreso a la dracma es una posibilidad, pero no la única. Trabajar con pagarés de forma provisional, mientras se implanta una situación monetaria definitiva tampoco es una opción descartable. Una inyección monetaria inicial por parte de Putin parece la solución primera y más lógica. Por tanto, soluciones hay para resolver la situación económica. 

No olvidemos que si Grecia abandona o es expulsada del Euro no hará frente a los pagos a sus acreedores, algo que a Alemania puede suponerle un coste directo de 90.000 millones de euros y un coste político incalculable. 

Con esto no pretendo decir que la salida sea fácil para Grecia, no lo es y atravesará dificultades, pero las recetas de la austeridad les han conducido a esta situación y por tanto esta opción y ha quedado descartada. O se reestructura la deuda o no habrá acuerdo. 

Imprimir su propia moneda permitiría al gobierno griego una evaluación de la misma, algo sobre lo que ahora mismo no tiene autoridad y que les ha llevado a una perdida de nivel adquisitivo y de competitividad desastrosa. Es cierto que la impresión de moneda propia, la ruptura de acuerdos políticos y comerciales con la UE supondrían obstáculos en este nuevo camino, pero el pueblo griego ya ha decidido, quieren algo nuevo y están dispuestos a sacrificar su presente por conseguir un futuro próspero. 

Como guardián del Mediterráneo y de los balcanes, la posición geopolítica del estado heleno ayuda a que se puedan conseguir acuerdos comerciales de interés con otros estados no pertenecientes a la UE. No hablamos solo de Rusia. Existen muchas posibilidades de que sea el propio Obama quien intervenga a última hora para evitar el desastre geopolítico de ver a la flota rusa navegando por las agua del Mediterráneo en un momento tan delicado como en que se vive entre Putin y Obama por el conflicto ucraniano. Por eso, tampoco sería descartable que fuese EEUU quien en un momento dado diese un paso al frente y además de obligar al FMI a realizar una quita de la deuda y ofrecer mejores condiciones de pago, se hiciese cargo de inyectar liquidez a la banca griega u ofrecerles importantes acuerdos comerciales que les permitan salir adelante. 

Todo está en el aire. Angela Merkel asegura que espera la propuesta griega para analizarla, al tiempo que dice que no habrá negociación (son estas contradicciones que nadie entiende). Hollande, por su parte, como todos los partidos socialdemócratas europeos, ha decidido plegarse a los deseos del neoliberalismo y al chantaje de los mercados y dejar a Grecia en la estacada. Una decisión difícil de entender y que pueden acabar pagando en las urnas de toda Europa. 

OBAMA NO QUIERE OIR NI HABLAR DEL GREXIT
Puede que al final la solución venga, como ya he mencionado , por una intervención del gobierno americano combinado con un acuerdo de quita y reestructuración de la deuda griega por parte del FMI. 

De ser así, la bofetada al Eurogrupo sería de tal calibre que el futuro de la UE pendería de un hilo y el efecto contagio no tardaría en producirse. 

En el horizonte, las elecciones generales europeas, otra prueba de fuego para Europa, que sabe que si en España triunfasen las candidaturas de unidad popular, el final de la UE tal y como está concebida hoy, estaría mucho más cerca y la construcción de la verdadera Europa de los pueblos sería una opción más que a tener en cuenta.

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