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CASTELLÓN ENVENENADA


LA POLÍTICA DE MEDIO AMBIENTE DE CASTELLÓN ES TÓXICA E INEFICAZ


El ayuntamiento debería empezar a tomarse en serio el tema medioambiental, que no se limita a las podas de saneamiento ni a las podas preventivas. Por eso, el anuncio que ha realizado la alcaldesa, en el que asegura que el ayuntamiento da un giro a la política de medio ambiente, por el mero hecho de haber iniciado una poda de saneamiento arbóreo, no son más que fuegos de artificio que no abordan el verdadero problema que asola a los árboles de la ciudad. (Castellón aplica una poda de saneamiento arbóreo en cinco espacios verdes)

El verdadero problema paisajístico de la ciudad está en el tratamiento que se está llevando a cabo contra la plaga  del  picudo rojo en las palmeras, que ni es eficaz, ni es económico para las arcas del ayuntamiento, ni es ecológico. Únicamente es rentable para la empresa que lleva la gestión de los parques y jardines de la ciudad.

Centre Verd, empresa que gestiona los parques y jardines de la ciudad trata las palmeras con productos químicos que ni eliminan las larvas ni los huevos, solo el picudo, con lo cual, jamás se termina con la plaga, sino que está se extiende de forma vertiginosa. Para entenderlo pondré un ejemplo muy claro:

Muestra de un picudo rojo
La población de picudos se reparte en una media de 47% machos y 53% hembras. Cada hembra pone una media de 300 huevos, de los que, lógicamente, un 50% más o menos serán hembras que en tres meses tendrán la capacidad de volver a poner huevos (otros 300 cada una). La mal llamada terapia, que se utiliza para eliminar la paga, solo afecta a la vida del insecto, no acaba ni con las larvas ni con los huevos, con lo que la lucha está siento del todo ineficaz. Es una batalla perdida que contamina, y envenena.

La aplicación de estos productos no solo es tóxica para el medioambiente y va quemando la vida de la palmera paulatinamente, además es tóxica para el ser humano. Hay otras formas de eliminar el picudo y en su momento se presentaron en la mesa del ayuntamiento pero, a pesar de que el propio Ramón Aznar (Centre Verd) admitió que dicho sistema era mucho más eficaz y 100% ecológico, ni siquiera se tomó en consideración porque a la empresa le resulta mucho más económico dejar que mueran las palmeras y sustituirlas por otras.

Este atentado contra la naturaleza y la calidad de vida de los vecinos de Castellón  se repite en cada una de las ciudades de nuestro entorno. Curiosamente en todas ellas es la misma empresa la que gestiona los parques y jardines.

La previsión más conservadora, hecha por especialistas en picudo rojo, indica que en 20 años la palmera habrá desaparecido de nuestro paisaje. Es por eso, que la táctica que siguen en estos momentos empresas, como la que he referido, es la de, en aquellos lugares en donde no existe un impacto visual (por la tradición de ver las palmeras en nuestro entorno), las palmeras que mueren son sustituidas por otras variedades.

Palmeras cortadas en la Avenida de "les palmeretes"
Así pues, las políticas medioambientales del Partido Popular, durante los últimos años, han sido tóxicas para las personas, tóxicas para el medio ambiente e ineficaces en la lucha contra el picudo, primando siempre una serie de intereses que poco tienen que ver con la protección de la salud ciudadana o del medio ambiente.

Por eso, el nuevo gobierno de la ciudad, debería empezar a tomarse en serio estas cuestiones medioambientales que tanto nos están perjudicando. Vivimos rodeados de palmeras entubadas ,que que no paran de recibir veneno y que, lo único que están haciendo es, lejos de sanarlas, provocar una muerte lenta por toxicidad.

No estaría mal que, si la señora alcaldesa de Castellón tiene verdaderas ganas de cambiarle el rostro a la ciudad, se plantease la continuidad del contrato de gestión de parques con Centre Verd, revisase las actuaciones que se han llevado a cabo estos años y su coste para la ciudad, tanto en términos económicos, como medioambientales y estéticos.

La solución pasa por la remunicipalización de los servicios y el control total de la gestión. Castellón merece una gestión mediombiental que proteja a la vegetación y a las personas y al mismo tiempo tenga un coste económico racional. Si además conseguimos que Castellón se convierta en una ciudad con espacios verdes bonitos, mejor que mejor. Aunque tal vez eso ya es mucho pedir

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